Todo docente intenta emplear el método idóneo para tratar desarrollar el máximo potencial en cada uno de sus alumnos para preparar así individuos críticos, autónomos, capaces de tomar decisiones y de vivir en sociedad.
Una de las cosas que nos define como maestros es nuestra manera de actuar
en el aula.
Nuestra personalidad, nuestras ideas, los objetivos que pretendamos
conseguir. Son un cúmulo de aspectos que nos ayudarán a definir nuestro método
de actuación que deberemos ir variando en función de las necesidades actuales
de nuestros discentes.
No podemos tener miedo al cambio. La clave reside en saber qué es lo
adecuado en cada momento y actuar siguiendo la dirección correcta.
Para ello debemos de conocer las diferentes maneras de actuar en el aula y
cómo podemos enfrentarnos a determinadas actitudes y comportamientos de los
alumnos.
Cuando hablamos de modelo en un contexto educativo, Jean Pierre Astolfi (1997) defiende la existencia de modelos que actúan como
base para los maestros, teniendo como principales características la lógica y
la coherencia. Para él existen tres modelos calificados como ejes los cuales
forman los cimientos sobre los que se construye y se imparte el conocimiento;
ya que es labor del docente enlazar esos conocimientos con la práctica
educativa.
En cuanto a la didáctica, es calificada como una ciencia científico - pedagógica
cuya finalidad es someter a estudio todo lo referente a la enseñanza y
aprendizaje.
Díaz Barriga (2009) va más allá y define didáctica como una disciplina que
combina la teoría, la historia y la política de manera simultánea.
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